22 de diciembre de 2024

Durante la Guerra Fría hubo numerosos avances, de hecho, fue la época más vertiginosa en cuestión de avances en el mundo. Gracias a la dura competencia tecnológica, hoy contamos con numerosos aparatos que tienen sus orígenes en todas esas investigaciones. Hoy toca escribir sobre los láseres soviéticos, muchos sistemas de los cuales son aún desconocidos por la mayoría.

En 1969, testigos de la batalla por la isla Damansky entre chinos y soviéticos hablaron sobre numerosos cuerpos de soldados chinos carbonizados, en ese momento hubo rumores sobre el uso de láser de combate por parte de los soviéticos. La realidad sí tenía que ver con un arma novedosa en ese momento, pero no la que creyeron los chinos en ese momento.

Durante la segunda mitad del siglo XX, existía una euforia por todo lo que tuviera que ver con desarrollos láser en el mundo, en Estados Unidos trabajaban en sistemas que pudieran llevar a combate, sistemas de los cuales escribiremos más adelante. El primer prototipo láser soviético se creo en 1960, y ya en 1963, la oficina de diseño Vympel comenzó a desarrollar un localizador láser experimental LE-1. Fue en ese momento que se colocó la base para la creación del instituto de investigación de NPO Astrofisika.

A principios de los 70’s, la oficina finalmente se formó como una empresa independiente y recibió sus propias instalaciones de producción y pruebas. Se creó el centro de investigación interdepartamental OKB Raduga, oculto de miradas y oídos indiscretos, dentro de la ciudad cerrada Vladimir-30. El puesto de diseñador en jefe lo tomó Nikolai Dmitrievich Ustinov, hijo del ministro de defensa Dmitry Ustinov. Para 1982, el ejército soviético puso en servicio el primer complejo de láser autopropulsado 1K11 Stilet. El Stilet se desarrolló para desactivar los sistemas de guía óptico – electronicos de las armas enemigas, como tanques, sistemas de artillería, helicópteros, etc…

El Stilet, después de detectar al enemigo con su radar, realizaba un sondeo láser buscando los sistemas electro ópticos mediante lentes deslumbrantes. Habiendo detectado con éxito el ojo electronico del enemigo, lo golpeaba con un potente pulso láser, cegando o quemando la electronica y las ópticas. El láser se disparaba mediante una torreta giratoria con grandes espejos colocados de manera muy precisa.

Formalmente, según medios rusos, el Stilet aún se encuentra en servicio en el ejército ruso, ya que según Astrofisika, cumple con los estándares modernos de combate, aunque realmente no se le ha visto ni en ejercicios, ni en pruebas, ni en desfiles, por lo menos visibles. Se sabe que únicamente se fabricaron dos prototipos, y Uraltransmash (Empresa que fabrica vehiculos blindados) ha declarado que no fabrico más vehículos para ese sistema. También se encontraron dos sistemas desmontados y sin el sistema láser, no se sabe a ciencia cierta si se trata de los mismos protitopos funcionales que han sido abandonados, o fueron dos chazis que no se terminaron de construir.

El desarrollo de sistemas láser se siguieron desarrollando a buen ritmo, y para el año siguiente de la presentación del Stilet, se presentó el sistema Sanguin SLK. La principal diferencia con el Stilet, es la falta de torreta giratoria. El haz láser salía directamente por un cañón colocado en linea recta, y cuya torreta giraba completamente como un tanque. Contaba con un radar AA capaz de detectar helicópteros a distancias de hasta 15 km y se diseñó principalmente para ese objetivo. El láser era mas simplificado y eso ayudo a la potencia de fuego. En pruebas se demostró que a distancias de más de 8 km podía cegar la electro óptica por algunos minutos, y a menos de 8 km, quemaba y destruía por completo las ópticas, dejando a los helicópteros ciegos.

El sistema se monto directamente en la torreta de un sistema AA Shilka, y sobre el láser principal, se montó un láser de baja potencia que servía para sondear el aparato enemigo para encontrar las ópticas mediante el reflejo.

Éste sistema sirvió también como base pare el desarrollo de sistemas láser defensivos Aquilon, montados en buques de superficie, con la ventaja de que un buque de guerra genera mucha más electricidad que un tanque, con lo que el láser ganaba en potencia y distancia. Los sistemas navales y aerotransportados los trataremos en otro artículo y nos centraremos a los sistemas terrestres autopropulsados.

El siguiente sistema en poner en servicio, fue igual el más espectacular, más llamativo y el más conocido: El SLK 1K17 Kompresor. El sistema se puso en servicio en 1992, y era por mucho el más avanzado que los 2 sistemas anteriores. A diferencia de aquellos, el Kompresor se caracteriza por sus 12 canales de disparo. Cada canal del sistema, que estan dispuestos 6 arriba y 6 abajo, cuentan con su sistema de guía individual. La principal ventaja y uso de un sistema multicanal, era la posibilidad de usar una banda por cada láser disparado. En términos prácticos, los sistemas diseñados para contrarrestar los láseres en forma de filtros de luz para proteger las ópticas usualmente se diseñan para bloquear longitudes de onda, pero no pueden bloquear muchas longitudes al mismo tiempo, sin oscurecer la visual, por lo que usar varias longitudes de onda diferentes a la vez neutraliza esos filtros, destruyendo finalmente la electrónica.

Entre las dos filas de lentes láser se encuentran otros cuatro lentes dispuestos en pares, cada par tenía un lente pequeño que servía de guía durante el día, uno grande para ser guía durante la noche, además de que contaba con telemetro láser. Todos los lentes contaban con protección blindada que bajaban durante el uso. El Kompresor usaba un láser de estado sólido con lamparas de bomba fluorescente, un tipo de láser que es lo suficientemente compacto y fiable para su uso en unidades autopropulsadas. Este tipo de láser también es usado por el ejército de Estados Unidos, aunque en unidades menos complejas he individuales que usan para hacer explotar minas enemigas.

El problema de este sistema era que después de cada disparo, los condensadores que usaba debían recargar, por lo que resultaba impractico su uso en combate, ya que en caso de inhabilitar un tanque, y debido al tiempo de «recarga», otro podría destruirlo sin que pudiera hacer nada. Con todo y que la mayor parte del casco del Msta-S, que era el vehículo sobre el que se montó se usaba para la planta de energía. Sin embargo, la velocidad de recarga del Kompresor continúa siendo un misterio y quizás su principal deficiencia.

El ultimo desarrollo ruso en láser autopropulsados, es el sistema Peresvet. En Marzo de 2018, el presidente Ruso Vladimir Putin anunciaba la adquisición y puesta en servicio de pruebas de un sistema basado «en nuevos principios físicos». El sistema se promociono como un sistema clave en la estrategia antinuclear rusa, capaz de destruir los satélites de detección enemigos que cruzaran por territorio ruso.

Video enlazado del canal Toparmy ed youtube.

El sistema según medios rusos está en funcionamiento en emplazamientos militares cerca de Moscú, y su funcionamiento base es similar al resto de sistemas anteriores, que es cegar y destruir los sistemas electro ópticos de satélites enemigos. Similar al sistema Sanguin, cuenta con un láser de menor potencia para sondear el aparato en busca de reflejos ópticos. Al ser un sistema nuevo, muchos de sus datos aún son rumores, y en la red no existe mucha información real ni de militares ni del fabricante. Tampoco hay datos de las pruebas, sólo se sabe que se está modernizando para reducir sus dimensiones, dado que ahora ocupa un espacio similar a un TEL de un misil intercontinental.

El principal problema de cualquier sistema láser es su bajisima eficiencia energética, incluso con nuestros avances, usando gases y sistemas más complejos, la relación entre la generación de la radiación pulsante y la energía de bombeo no supera el 20%. Su ventaja es la inmediatez del disparo, es decir, la espera entre que se pulsa el botón y la llegada al blanco, a diferencia de misiles o cualquier otra arma convencional, es prácticamente nula. Sin embargo, para su correcto funcionamiento el cielo y el ambiente debería ser ideal, con poca bruma y con línea de visión directa, lo que los hace bajar su eficacia en zonas de combate activos. Aún así, los avances tecnológicos y físicos iran haciendo que los sistemas vayan resolviendo esas problemáticas con el tiempo.

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